El grafeno es un cristal de carbono puro formado por átomos dispuestos planos en forma hexagonal.
El grafeno es un cristal de carbono puro formado por átomos dispuestos planos en forma hexagonal. Es un material extremadamente ligero: una lámina de 1 metro cuadrado pesa tan solo 0,77 miligramos. Aun así, resulta 200 veces más fuerte que el acero a pesar de que es cinco veces más ligero que él. Algunos científicos se refieren a él como el elemento “mágico” y se atreven a afirmar que es el punto de partida de una nueva era industrial.
Todas estas cualidades, y seguramente que muchas otras, no han pasado inadvertidas a un joven estudiante de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Naval y Oceánica de Cartagena. Israel Gago ha desarrollado un nuevo plástico basado, precisamente, en el grafeno.
El nuevo producto, que la Universidad Politécnica ya está estudiando patentar, consiste en el dopado de grafeno de una resina convencional. La riqueza de este material radica en que es inmune a la corrosión, reciclable, evita la adherencia de la vida marina y es tan ligero que puede flotar.
Su composición convierte al material en óptimo para la construcción de barcos pequeños, pesqueros, veleros ligeros e incluso grandes navíos. En este último caso, cuando se trata de grandes embarcaciones, Israel Gago propone la adición de grafeno al revestimiento del casco. Esto permitiría reducir a la mitad la resistencia que genera el buque en el avance. Así, supondría un ahorro de energía en sus desplazamientos y, por ende, una considerable reducción en la emisión de gases contaminantes.
Paralelamente a las investigaciones de la Universidad Murciana, dos hermanos de Yecla, Martínez Rovira, son los propietarios de una fábrica de grafeno, Graphenano. Esta empresa murciana genera 45 kilos al día de este material y la convierte en una de las mayores productoras de grafeno a nivel mundial.
Este material no sólo está revolucionando el mundo naval, sino que también representa un gran avance en la computación, la arquitectura, la sanidad, la automoción (impresión 3D) y la energía, puesto que es un excelente conductor de electricidad, y posee una gran flexibilidad y dureza.
En realidad, los descubridores de este potente material son Konstantín Novosiólov y Andréy Gueim, dos científicos rusos galardonados con el Nobel de Física de 2010. Se trata de un material de fácil acceso, de hecho es el componente con el que se fabrican las minas de los lápices. El problema es que no es fácil sintetizarlo, y eso es exactamente lo que han conseguido los hermanos yeclanos.