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Tras el brote de COVID-19, el distanciamiento social se ha convertido en una parte esencial para evitar un contagio masivo, por ello un grupo de investigadores pertenecientes al proyecto An.Dy (Advancing Anticipatory Behaviors in Dyadic Human-Robot Collaboration), financiado mediante fondos de la Unión Europea, ha creado un prototipo de pulsera inteligente que detecta parámetros corporales y envía una alerta cuando la temperatura corporal supera los 37.5 ° C, al mismo tiempo puede controlar la distancia entre las personas.
El funcionamiento es el siguiente: La pulsera es capaz de ubicar el movimiento humano y controlar la distancia existente entre dos personas que llevan la pulsera inteligente, este proceso lo realiza a través de la señal de radio existente en las frecuencias de Bluetooth. Cuando dos pulseras están cerca, vibran y emiten una señal de alerta, lo que ayuda a las personas a respetar la distancia de seguridad necesaria.
El dispositivo está diseñado para su funcionamiento en cualquier tipo de espacio abierto o cerrado. De igual modo, también registra con qué otros usuarios que posean una pulsera inteligente han estado en contacto, permitiendo el rastreo de contactos en caso de infección por COVID-19.
Por último, incorpora una tecnología incluida previamente diseñada en un traje sensorizado, que detecta diferentes parámetros corporales. Gracias a esta tecnología la pulsera es capaz de medir la temperatura corporal.
Tras la primera fase del proyecto, ya concluida, se está trabajando en otro prototipo que tiene como objetivo hacer que la pulsera sea más ligera, ergonómica y pequeña para que no solo sea accesible por las grandes empresas y se implemente en lugares de trabajo, si no que sea útil para la población en general.
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