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La compañía rusa Npenegy es pionera en el uso del hidrógeno pues ha presentado en el Salón Aeronáutico Internacional MAKS 2019 un modelo de avioneta que funciona con hidrógeno.
Según uno de los creadores de la aeronave, Antón Club ingeniero- investigador del Instituto de los Problemas de la Física Química de la Academia de Ciencias Rusa, a pesar de las ventajas que ofrecen las células de hidrógeno usadas para propulsar a un avión, aún es demasiado difícil competir con los motores de combustión interna.
La dificultad se sitúa en los años de desarrollo que se han invertido en los motores de combustión interna y en que la infraestructura de repostaje del hidrógeno aún no está suficientemente desarrollada.
Aunque la compañía ha fabricado la primera avioneta que funciona con células de hidrógeno, aún no planea su comercialización, puesto que se trata de un prueba piloto para instigar el fomento de la infraestructura necesaria para el uso de hidrógeno como fuente de energía principal.
A pesar de esto, las células de hidrógeno presentan una serie de ventajas que los motores de combustión no tienen.
Por ejemplo, generan electricidad para el motor eléctrico de la avioneta y su única emisión es el vapor de agua, de modo que no liberarían gases de efecto invernadero que contribuyeran al cambio climático.
Además, estas células necesitan mucho menos mantenimiento, puesto que pueden volar más horas sin tener que ser reparadas, teniendo una duración operativa bastante larga, pues las células más grandes que se instalan funcionan como mínimo durante 5.000 horas antes de necesitar un servicio de mantenimiento.
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